Mis alumnos no reaccionaban con indiferencia cuando surgía el tema de Dios, pero sentían- salvo casos aislados- una notable antipatía hacia el legado cristiano, particularmente en su dimensión institucional. Cuando aparecí un día con una Biblia para hablarles de la novedad que representó el cristianismo, suscité miradas de perplejidad y rechazo, pero les dije que ese libro había cambiado la historia y que era necesario conocerlo. Les expliqué que biblia en griego significa “libros”. La razón de que ese plural se hubiera transliterado en singular obedecía a que se consideraba el libro por antonomasia. YA en los noventa, me sorprendía el desconocimiento de mis alumnos sobre cuestiones religiosas. Algunos no sabían nada de Moisés, Abrahán, Isaac o Josué. Nuestra cultura es una cultura cristiana. Desconocer las historias e ideas que ha forjado esa tradición implica limitar nuestra comprensión de la literatura, el arte, la filosofía, la historia, la política y la ética.
Margarete Buber-Neumann, militante comunista, se exilió en la Unión Soviética con su marido, Heinz Neumann, un destacado dirigente del partido comunista, cuando los nazis subieron al poder. La activa y fiel militancia de Heinz no evitó que se convirtiera en una de las víctimas de la Gran Purga desatada por Stalin en 1937. Poco después, Margarete fue detenida y, mientras esperaba a ser interrogada, otro exiliado alemán, Alfred Kurella, le confesó: “Ahogábamos todas las dudas, porque lo primero era conservar nuestra fe. Ahora hemos de pagar cara nuestra ciega credulidad”. En La Unión Soviética, las autoridades controlaban la prensa, la radio, la correspondencia, fomentando la delación y la “confesión”. Se aventuraba que admitir presuntas culpas atenuaba las penas, pero era un rumor tan falso como el supuesto fin de la explotación laboral. Un obrero ganaba unos cien rublos mensuales y un kilo de carne costaba diez. La ropa no era más asequible. Unos zapatos valían entre cien y doscientos cincuenta rublos. Comprar un traje era un sueño inaccesible para un obrero.
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